Olvídate de las gafas para siempre

Las personas que tienen que utilizar gafas saben lo incómodas que estas pueden llegar a ser. Incluso ahora que las lentillas son cada vez más cómodas, aquellos con los ojos más sensibles siguen sin tolerarlas. No importa cuánto estén de moda las gafas ya que una cosa es ponérselas por estética y otra es usarlas por obligación.

La  operación de los ojos con laser es hasta ahora la única solución definitiva para este problema. La intervención es realmente sencilla y muy corta. Operar cada ojo lleva tan solo unos minutos y tras la intervención el paciente puede salir por su propio pie y marcharse para casa. La intervención no es en absoluto dolorosa y solo quedan unas pequeñas molestias que equivalen a la sensación de tener una arenilla en el ojo y que duran un par de días.

Es cierto que los primeros días hay que tomar precauciones, como usar gafas de sol y evitar frotarse los ojos, pero incluso cuando se acaba de salir del quirófano ya se percibe un cambio a mejor. Una vez recuperados los ojos de la intervención el paciente podrá ver perfectamente sin gafas ni lentillas correctoras, al menos en la mayoría de los casos.

Recuperar la visión tiene un precio

Y decimos que eso es algo que ocurre en la mayoría de los casos porque cada persona debe de tratarse por separado y según sus características se les dirá si van a recuperar o no la visión al cien por cien. En algunos casos en los que hay muchas dioptrías y complicaciones, quizás lo que suceda es que la mejora será muy grande pero se seguirán teniendo algunas dioptrías.

Siempre será un oftalmólogo el que decida qué personas pueden operarse y cuáles no deben de hacerlo en función de sus circunstancias. También es quién le explica a cada persona qué puede esperar exactamente de la operación, ya sea una mejora al cien por cien o una reducción de las dioptrías.

Pero en cualquier caso, la gente que se opera se muestra encantada con el cambio y con lo que esto supone para sus vidas. Pero hay algo de lo que todo el mundo se queja: del precio de las intervenciones.

De hecho, si no fuera por el alto coste de estas, seguro que serían muchos más los que se animarían a pasar por el quirófano y este es el motivo por el que últimamente, cada vez más pacientes barajan la alternativa de realizarse la intervención en otro país, como Turquía, que ofrece todas las garantías a un menor precio.