Escoger una vivienda sostenible es algo a valorar en una sociedad cada vez más consciente con el medio. La versatilidad que ofrecen las casas prefabricadas hacen que se amolden perfectamente a las necesidades de los inquilinos que las habitan.
Las casas prefabricadas ya no son, ni por asomo, el concepto que tenemos sobre ellas. No se tratan de una solución pobre y con pocas posibilidades de estandarización como antaño. Los sistemas de hoy permiten cubrir las necesidades en cuanto a imagen estética y funcionalidad de dependencias y habitaciones.
Además, el uso de elementos cada vez más optimizados permiten una mayor eficiencia en cuanto a ahorro energético.
Las casas prefabricadas se construyen siguiendo procesos industrializados, ganando así una ventaja competitiva muy importante frente a la construcción tradicional. En todo momento existe una monitorización del estado del proceso en que se encuentra la producción, pudiendo así llevar un control exhaustivo y garantizando la calidad de los materiales empleados.
La producción se realiza en seco, independientemente de la climatología, lo que hace que no surjan contratiempos ni sorpresas de última hora y cumpliendo así los plazos de entrega.
Los tiempos de entrega teniendo en cuenta la producción, entrega y montaje pueden reducirse un 25% respecto al sistema común.
En el terreno del cliente únicamente se lleva a cabo el montaje, que variará en función del tipo de sistema elegido por éste.
El ahorro total de la construcción modular puede suponer un ahorro total de un 30%. Si a esto le sumamos que son sumamente respetuosas con el entorno, que no provocan impacto natural alguno en topología y vegetación.
Durante la obra, además, se reduce el polvo en suspensión, los escombros y demás resudios, pues la construcción se lleva a cabo en seco.