La educación comienza cuando son cachorros

A menudo cometemos el error de malcriar a nuestros perros cuando son cachorros, lo que nos lleva a que en un futuro sea mucho más complicado corregir malos hábitos adquiridos durante sus primeros meses de vida, para evitarlo lo mejor es acudir a un educador de cachorros. Y es que cuando compartimos nuestro hogar con una bolita de pelo adorable nos cuesta imaginar que en unos meses se convertirá en un perro adulto cuyo comportamiento puede traernos más de un quebradero de cabeza e incluso puede hacer necesaria la intervención de un experto adiestrador canino.

La educación de cachorros pasa por tener en cuenta que pese a lo que nos pueda parecer, un perro no es una persona y no entiende el lenguaje de los humanos de forma completa, tan sólo algunas palabras pero principalmente el tono con el que las utilizamos además de los gestos con los que las acompañamos. Por tanto es inútil explicarle a un cachorro por qué no tiene que mordernos las zapatillas, como también lo es reprenderle por haberlo hecho horas antes o cuando no estábamos con él. Es imprescindible mentalizarnos de que solamente se podrá corregir al cachorro en el caso de que estemos presentes en el momento en el que desarrolle la conducta inadecuada y podamos hacerle ver en ese mismo momento que es inaceptable. Por otra parte para hacerle ver lo que está bien podemos premiarle en el momento en que lo haga con unas efusivas caricias o con un premio en forma de aperitivo, por ejemplo.

Por otra parte para educar de forma consecuente a un cachorro como bien indican los expertos en educación y adiestramiento de perros, nuestro compañero debe contar con un rincón propio en la casa, acondicionado de acuerdo a su tamaño, donde pueda acudir a refugiarse cuando busque tranquilidad y que pueda considerar su espacio. Y en cuanto a su actividad diaria, debe salir todos los días de casa y realizar algo de ejercicio. A la hora del paseo, es conveniente que desde cachorro, una vez haya sido vacunado, nuestro perro permanezca cerca de nosotros para que comprenda que es a nuestro alrededor donde está seguro y tranquilo, y para ello debemos jugar con él y no permitir que sea lejos de nosotros donde busque diversión, o correremos el riesgo de que pueda perderse o sufrir algún tipo de accidente.