A lo largo de los años, los uniformes han cambiado muchísimo. El estilo, el diseño, todo depende del lugar en que se encuentren y de las directrices particulares de los colegios. No quedan muchos colegios privados o concertados, no al menos con las normativas propias de aquellos centros escolares clásicos de los años cuarenta y cincuenta. Ahora es más común llevar a los hijos a colegios públicos por falta de ingresos o porque, sencillamente, el sistema educativo es diferente y agrada más a algunos padres.
Antiguamente, los uniformes escolares nacieron en colegios privados conservadores de órdenes religiosas que predicaban la modestia, honestidad y el compañerismo. Valores tan simples que, sin embargo, no se podían cumplir tan a la ligera por la diferencia económica que había entre los alumnos. Las diferencias de clases, de economías, hacía que aumentaran las envidias, los celos, los conflictos y de una manera u otra, se creaban grupos entre ellos. Algo que los propios directores de estos colegios no veían con buenos ojos.
Por eso establecieron como normal una indumentaria obligatoria para todos los alumnos, sean altos, bajos, gorditos, flacos, rubios o morenos. Para todos y cada uno de ellos. Las niñas llevaban falda a la altura de las rodillas, más o menos, y una chaqueta abotonada. También podían llevar algún complemento para el pelo como un sombrero o una boina en caso de los niños. Ellas cubrían sus piernas con leotardos, mientras que los chicos se servían de calcetines. Sus pantalones dependían de la orden religiosa que fuera, y del país en el que estuviera, sin contar con los colores de los uniformes, que variaban también por criterios subjetivos de cada centro educativo.
Antes los uniformes se compraban en sastres, se encargaban o se hacían a medida. Los costes eran muy elevados porque encargar algo siempre requiere más tiempo que hacerlo de forma industrial. Pero con el establecimiento oficial de los uniformes escolares, empezaron a fabricarlos en masa, industrialmente, y se produjo una reducción drástica de los costes de producción. Los precios de los uniformes bajaron como consecuencia inmediata. Ahora, con tal solo entrar en Internet y buscar una tienda online de uniformes escolares como VivaelCole, ya lo tienes todo solucionado. Las tiendas online son algo cada vez más común, y la comodidad de comprar desde casa es de lo más atrayente. Por lo que son muchas las personas que se han pasado a esta modalidad. Además encontrarás un montón de cosas para los niños y su aventura por el colegio: desde mochilas, estuches, calzado, uniformes escolares, leotardos, calcetines, lápices… vamos, de todo. Como una tienda física pero a través de la red.